Utilidad de la red informatizada de registros civiles de Andalucía para generar estadísticas rápidas de mortalidad en ámbitos subregionales

La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia los déficit de los sistemas estadísticos para generar respuestas rápidas, siendo la estimación de la mortalidad una de las cuestiones más demandadas. Las estadísticas del MNP están sujeta a una importante demora; de ahí el interés de los sistemas rápidos de monitorización de la mortalidad, que se basan en información básica de los certificados médicos de defunción, sin tener en cuenta las causas. Su objetivo es detectar el exceso de muertes en relación con determinadas circunstancias (epidemias, etc.), mediante la comparación con una predicción basada en datos de años previos. En España, destaca el Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) y la estadística experimental del INE, ambos basados en el sistema de información de los registros civiles (INFOREG).

Se plantea el diseño de un sistema rápido de monitorización de la mortalidad en Andalucía, que permita disponer de información a nivel subprovincial (distritos sanitarios y municipios de más de 100.000 habitantes).

La comparación de los datos de INFOREG (Centro Nacional de Epidemiología. ISCIII. Fuente de datos: División de Tecnologías y Servicios Públicos Digitales. Ministerio de Justicia) con los datos históricos de MNP, pone de manifiesto una alta cobertura de INFOREG.

Al probar alternativas de análisis basadas en el municipio de inscripción de la defunción versus municipio de residencia, se comprueba que a nivel provincial apenas hay discordancias, pero esto no ocurre en los niveles subprovinciales (por la atracción de los municipios con hospital para la inscripción de defunciones). Para subsanar este problema, se define el concepto de «población inscripción-vinculada» (PIV) basada en las transferencias de defunciones entre municipio de residencia e inscripción, asumiendo que cada transferencia conlleva una trasferencia proporcional de personas-año. El uso de estas PIV para el cálculo de indicadores de mortalidad por lugar de inscripción hace a estos más congruentes con los habituales por lugar de residencia.

A partir de las PIV y las series semanales de defunciones por sexo, grupo de edad y ámbito de inscripción, se han estimado las defunciones esperadas en cada semana en relación con la tendencia observada en la misma semana en los años anteriores, y se han definido niveles de alarma (Método de Farrington). Se ha comprobado que el modelo permite comparar el impacto de la pandemia en distintos ámbitos territoriales y relacionar la intensidad de la sobremortalidad de 2020-21 con la de años anteriores por gripe y olas de calor.